miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA SOCIEDAD MOCHE Y SU LEGADO CULTURAL

          
INTRODUCCION

       Respecto a nuestra  historia nacional y provincial, si nos remontáramos a épocas antiguas cuando no existía escritura, donde solo encontráramos restos antiguos, mostrándonos que alguien estuvo por allí, es como encontrarnos con un ser mudo, sordo y ciego. Gracias a la arqueología, ciencia auxiliar de la historia, ella se ha encargado de devolver la vista y hacer hablar a las cosas inanimadas. Gracias también a los esfuerzos de hombres amantes del pasado y deseosos de compartir con nosotros esos conocimientos del comportamiento humano del antiguo habitante peruano y liberteño.

        En el presente trabajo desarrollamos la información referente a la sociedad moche, su organización y sus principales manifestaciones arqueológicas, como es el caso de dos de las huacas más importantes del departamento de La Libertad: La “Huaca El Brujo” y “Las “Huacas del Sol y de la Luna”, abordando puntos importantes, como su ubicación y su desarrollo a lo largo de toda su historia.

Ambas construcciones nos dan un motivo de orgullo, pues nos hace herederos de una cultura trascendental, en donde sus magnificas obras siguen dando vida a aquella historia, que con mucha admiración lo mantenemos y lo seguiremos manteniendo.

        En la costa norte del Perú, el Complejo Arqueológico El Brujo es uno de los sitios claves para entender el desarrollo de una secuencia cultural que sobrepasa los 4 500 años de antigüedad. Las investigaciones realizadas de 1990 al presente vienen aportando pruebas sobre la ocupación mochica de este sitio. En lo que respecta a las Huacas del Sol y de la Luna fue una de las construcciones más importantes de los moches, en donde se rescata sus formidables diseños, pues tienen un alto valor simbólico. También cabe rescatar su arquitectura, pues en ella se aprecia sus formidables construcciones que hasta la fecha causan la admiración de propios y ajenos.







CAPITULO I
LA SOCIEDAD MOCHE
1.    Ubicación geográfica
Esta cultura[1] se ubicó en las valles de la costa norte de nuestro país, siendo su centro principal el valle de Moche, en el departamento de La Libertad. Se dividió en dos:
1.1.        Mochica Norte: En el valle de Jequetepeque

San José de Moro, Huaca Dos Cabezas, Complejo Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito, entre San Pedro y Pacasmayo, Sincapecerce de Poémape, y la Tumba de la Mina. En el Valle de Lambayeque: Sipán y Pampa Grande.
1.2.        Mochica Sur: En el valle de Moche
La Huaca del Sol y de La Luna.
En el Valle de Chicama: En este valle destacan varios edificios Moche que fueron usados en tiempos Chimú, como: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio, Huaca Colorada, Huaca Facalá y Licapa. Los complejos arquitectónicos más grandes fueron El Brujo, y un complejo en Sauzal.









2.    Historia
Hace aproximadamente  veinte mil años arribaron al  territorio  del actual Perú los primeros cazadores y  recolectores para ocupar los diversos ambientes de un espacio marcado por la imponente cordillera de los andes. En aquel entonces por las angostas llanuras costeñas aun vagaban grandes animales-mastodontes, megaterios, armadillos gigantes, caballos americanos-, tras los cuales se desplazaban estos grupos de hombres trashumantes en busca de sustento.
Probablemente hace mil años las condiciones geográficas empezaron a cambiar y se inicio un acelerado proceso de desertización.
Los grandes animales se  extinguieron  y el  hombre  se vio en  la necesidad  de  afrontar el reto de climas   más diferentes  que  terminaron  de  estabilizarse  hace alrededor de cinco milenios. La costa se había convertido en una de las regiones más secas del planeta, solo comparable con el Sahara o los desiertos australianos.[2]
En los andes se acaban de configurar  los diversos pisos ecológicos que hoy subsisten, y en la vertiente oriental  de la cordillera de los grandes ríos adquirieron sus grandes características actuales.
2.1.        Los vencedores del desierto
Debido a las condiciones desérticas de su hábitat, para los mochicas el agua  fue motivo de permanente preocupación. Su imaginaria relación, en forma directa, el plano de subsistencia con la significación trascendente de este elemento.
De ahí que desarrollasen, a la par, una tecnología hidráulica extraordinaria y un complejo universo mágico religioso vinculado al agua y a la fertilidad.
2.2.        Dioses de la tierra y dioses del mar
El mundo mágico de los mochicas estuvo marcado por un permanente dualismo. Habitantes  de  un territorio  enmarcado  por el  océano y  los  andes, imaginaron dioses, crearon festividades religiosas y grandes eventos para asegurarse el cíclico aporte proveniente de las montañas, consideradas moradas de los dioses, y del mar, la otra fuente de sus recursos e igualmente morada de divinidades.
El hombre mochica busco entablar una armónica relación con sus deidades y les ofrendó canchas (Spondylus) como pago, buscando de ese modo garantizar que el agua cumpliese con su ciclo del mar a las montañas y viceversa.
Los dioses que regían este complejo universo mítico  fueron representados en cerámicos escultórica o pictografiada, en ornamentos metálicos, en imágenes de culto y en los primorosos relieves o pinturas murales que decoraban los templos.
El principal Dios de la tierra, conocido como Ai-apaec, era un ser antropomorfo con atributos felinos.  El dios del mar era representado como un hombre-cangrejo. La serpiente, por ejemplo, lo era del agua, de los ríos, y el sapo recubierto de representaciones del fruto de la tierra era sin duda símbolo de la fertilidad. [3]
Este rico universo imaginario poblado de relatos, epopeyas y sucesos míticos esta aun lejos de haber sido descifrando por completo.




3.    Cronología
La cultura Moche pertenece al período que sigue a la caída del Horizonte cultural Chavín, este período se ha llamado intermedio temprano.
Aunque todavía no está totalmente definido cuando se da el origen de esta cultura, los investigadores ubican su origen entre el año 100 a.c. ubicando su decadencia alrededor del 700 d.c.
Esta cultura presenta sus antecedentes en dos culturas regionales que se desarrollaron durante el horizonte Chavín, como son la cultura Salinar y la cultura Virú. Aunque no es claro como se da el nacimiento de esta cultura, descubierta por el arqueólogo alemán  Max Uhle, pues aparece totalmente desarrollada haciendo difícil rastrear su evolución cultural a partir de estas culturas.

La cultura Moche ha sido dividida en cinco fases por el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle, quien realizó una secuencia estilística basada en el estudio de una gran colección cerámica. Si bien esta secuencia es bastante discutida en la actualidad, sigue siendo el principal ordenamiento cronológico que se hace sobre esta cultura y los investigadores la siguen utilizando para ordenar el desarrollo cultural Mochica.
Las tres primeras fases que corresponderían a lo que podríamos llamar como Moche temprano, nos presentan a una cultura compuesta por una serie de grupos independientes en cada valle. Mientras que en la fase tres se supone que los moche consiguen una unidad política y comienzan un proceso de expansión partiendo de los valles de Moche y Chicama hacia el sur.
La cuarta fase sería lo que  se  ha llamado  el apogeo de  esta cultura,  no sólo por  alcanzar su  máxima expansión, sino por mostrar una plenitud de sus logros culturales.[4]
La fase cinco es conocida como la decadencia de esta cultura. En esta fase, la capital se movilizó al valle de Lambayeque, al sitio de Pampa Grande donde se aceleró su caída debido a la influencia del fenómeno cultural Huari, mezclado con una serie de catástrofes naturales originados por un mega-niño, que afectó gravemente la agricultura que fue la base económica Moche.
4.    Descubridor
El descubridor de la cultura Moche fue Federico Max Uhle.
Max Uhle nació en Dresde, Alemania, en 1856. Egresó del colegio en 1875 y en el verano siguiente ingresó a cursar estudios en la Universidad de Leipzig. En el otoño cumplió un año de servicio militar, el cual moldeó y cuadró su carácter. En 1876 estudiaba en la Universidad de Göttingen por un año.
Hacia 1877 regresa a Leipzig, donde permaneció hasta graduarse de doctor en Filosofía en 1880. Este grado fue en la especialidad lingüística , adoptando como tema de tesis la Gramática Medieval China. John H. Rowe (1954) ha señalado que el tema giró mayormente en tomo al interés de ciertos profesores consejeros más que en la preferencia de estudiantes, pues Uhle nunca más volvió a tratar el tema.
En el año de 1888 Uhle dejó el Museo de Dresden para convertirse en asistente del Museo de Berlín, donde conoce y se interesa por los materiales arqueológicos sudamericanos, pues este museo conserva en sus depósitos las colecciones  de  los  geólogos  Reiss  y  Stübel. Dicho  museo  funcionaba  bajo  la dirección de Adolf Bastian.
Uhle permaneció cuatro años en Berlín (1888-1891), acrecentando sus estudios al revisar los materiales andinos que poseía este museo, en donde concluye un artículo sobre Tiahuanaco.[5]
Durante la convocatoria al VII Congreso Internacional de Americanistas, realizado en Berlín, 1888, fue designado Secretario Asistente. En el evento alterna con Luschan, Seler, Steinen y otros prestigiosos internacionalistas de su época. Max  Uhle  fue  encargado  de  preparar  la  presentación  del  Congreso  y el  libro correspondiente de ponencias y trabajos.
Vuelto a Alemania, Adolph Bastian (1826-1905) fundador del Museo de Berlín, tiene el acierto de comisionar a Uhle para viajar a América del Sur con la misión de investigar la difusión de la cultura quechua y los derroteros de los Incas. Es el descubridor de la cultura Mochica y Nazca.
Este arqueólogo es autor de la conocida teoría inmigracionista de la cultura peruana. Es considerado como el gran renovador de los estudios arqueológicos en el Perú, con el empleo del método estratigráfico en sus excavaciones. Fue el primero en establecer una cronología de las culturas prehispánicas.
Entre sus obras mas importantes[6] destacan “La esfera de influencia del país de los incas”, “Las ruinas de las ciudades del Tiahuanaco”, “Las civilizaciones primitivas de los alrededores de Lima y los orígenes de los incas”




5.    Lengua
El muchic fue una de las lenguas hablada en la Costa norte del Perú, habiendo sido una de las lenguas generales del país a la llegada de los españoles (siglo XVI) como lo fueron también el quechua, el aimara, el quingnam y el puquina).
Alfredo Torero estudió esta lengua, cuyos hablantes participaron activamente en el milenario proceso civilizatorio en los Andes y que estuvo, por lo mismo, comunicado con otras grandes lenguas de civilización. El mochica exhibe, sin embargo, muchas características radicalmente diferentes de las lenguas quechuas y de las lenguas aimaras, las dos mayores familias lingüísticas meso andinas, que sí intercambiaron muchos elementos estructurales y léxicos.
La investigación realizada por Alfredo Torero acerca de esta lengua tiene como fuente de datos principal la Gramática de la lengua yunga que escribió en 1644 el sacerdote peruano Fernando de la Carrera Daza.
 Del mismo modo se toma en cuenta el Rituale seu Manuale Peruanum de Gerónimo de Oré de 1607 con sólo seis páginas sobre el mochica, escritas por un autor anónimo (este manual era un compendio de rezos y sermonarios breves en varias lenguas de la época).
Además se considera la lista de voces mochicas que elaboró el obispo Baltazar Martínez de Compañón a fines del siglo XVII y a la obra[7] de Ernest Middendorf, Das Muchik oder die Chimu-Sprache de 1892.
 A inicios del siglo XXI, algunas instituciones lambayecanas como el capítulo local del INC y algunos colegios de Chiclayo han lanzado programas de enseñanza de esta lengua en base a la bibliografía rescatada por los investigadores, como La Gramática de De la Carrera.
6.    Economía
La principal actividad económica continúo siendo la agricultura, pero dado la aridez del suelo costeño, por la falta de agua, los Moches, construyeron una infraestructura hidráulica con el fin de ampliar su frontera agrícola y ganarle tierras al desierto. Otras actividades de importancia fueron la pesca la cual se realizó en unas embarcaciones denominadas “Caballitos de Totora”, el comercio, etc.
7.    Organización Socio-política
Se basaba en comunidades cerradas y de férrea jerarquía social, empleadas en una celosa disputa territorial, sin duda por la necesidad de mayor espacio agrícola, e involucradas en perpetuas contiendas intestinas. Dominaba la sociedad mochica un grupo social aristocrático, poseedor de todos  los  privilegios, la  iconografía  los  presenta  con  rostros  severos, gestos despóticos y mirada que se pierde, como puede apreciarse en los admirables “huacos retratos”. Allí vemos rostros de personas de rango con descomunales orejeras y anillos nasales.
Fue una sociedad eminentemente clasista. Esto se puede evidenciar en la iconografía de sus ceramios, ya que las clases dominantes-los sacerdotes guerreros o cie Quich y los Alaec o curacas- fueron representados con animales tales como el zorro, el felino, el búho; mientras que la clase dominada o pueblo representados como lagartijas o lagartos.
Los moches[8] conformaron una sociedad guerrera con marcadas diferencias sociales, como lo demuestran sus construcciones arquitectónicas para la nobleza y las tumbas de elite.
Se cree que esta sociedad pudo estar organizada de la siguiente manera: el máximo monarca era el Cie-Quish, pertenecía a la aristocracia militar y gobernaba todo un valle mochica; luego venían los alaec que venían a ser gobernantes subordinados; paralelamente se erigía la casta sacerdotal, considerados como sacerdotes guerreros y médicos; finalmente se hallaba el pueblo dedicado a las labores cotidianas. Según estudios de los restos encontrados se ha podido determinar la estatura promedio de la sociedad mochica, 1.46 cm para las mujeres y 1.57 cm para los hombres; pero en ocasiones los gobernantes eran mas altos que la gente común del pueblo.
En cuanto a contextura, la sociedad moche poseían fornidos miembros y amplio tórax, llegándose a establecer su promedio de vida en 50 años. La vestimenta mas santuosa caracterizo a la nobleza, porque el pueblo vestia solo ropas ligeras. Los monarcas moche usaron diferentes simbolos que le daban un aspecto terrible y reflejaban su poder. Los gobernantes fueron severos en la imposición de castigos es mas no dudaron en imponer la pena de muerte a quien infringía la ley.
Los nobles usaron vistosas túnicas, faldones[9] decorados con diversos motivos y ornamentos, grecas, tocados de llamativos colores elaborados a base de plumas y sandalias de cuero de llama











 
                                                                                                
8.    Manifestaciones culturales
8.1.        La cerámica
Son considerados los mejores ceramistas escultóricos del Perú antiguo. Esto se debe sobre todo a los famosos “huacos retratos” en los cuales representaron diferentes estados de ánimo, enfermedades, a sus gobernantes, etc. Y a los dibujos realizados en las paredes de las vasijas, presentan escenas náuticas, guerreras, religiosas, de caza, de curanderismo, prácticas sexuales y personajes con diversos atuendos, y en ocasiones con deformaciones patológicas, mutilaciones rituales y un sinnúmero de otras características.

Los colores de sus ceramios variaban entre el color rojo ocre y el blanco crema; eran de forma globular con influencia de la cerámica Chavín.
Los ceramistas moche denominaron la técnica más alta andina, en la que pretendieron perennizar la imagen de sus seres queridos o admirados, en[10] sus huacos, empleando moldes de rostros humanos en sus cerámicas con técnicas de incisión y gollete









 
8.2.        Arquitectura
En su arquitectura emplearon principalmente el adobe, el barro y la caña, utilizando la piedra para la construcción de canales de irrigación.
Las pirámides construidas en adobe, están formadas por depósitos, patios y habitaciones. Estas últimas, ornamentadas con relieves y pinturas murales.
Además de los recintos propios del culto, la administración o el reposo, estaban las áreas de cocina, en donde se ha encontrado restos de la dieta cotidiana del tucumano de hace diez siglos.
Los moches construyeron complejos edificios con fines administrativos y ceremoniales
8.3.        Técnicas hidráulicas
Los antiguos mochicas construyeron enormes canales de irrigación que han seguido irrigando los valles liberteños después de la conquista[11]. Dos ejemplos importantes son:
El canal La cumbre, que une los valles Moche y Chicama (110 km), el   acueducto de Ascope y la represa de San José.









 
8.4.        Escritura
Su dialecto fue el muchic y, según Larco Hoyle, habrían conocido la escritura ideográfica sobre pallares, “pallariforme”
8.5.        Religión
La sociedad moche fue politeísta; es decir, su dios principal era Ai-apaec, y su clase sacerdotal practicó los sacrificios humanos.
8.6.        Metalurgia
Anteriormente se consideraba que la sociedad moche no había alcanzado grandes logros en el trabajo de los metales, es decir, se pensó que tenían escasos conocimientos de metalurgia. Sin embargo, a raíz de los objetos hallados en las tumbas de Huaca Rajada, se pudo descubrir que los moche lograron grandes avances en orfebrería, que nada tienen que envidiar a otras culturas.
Los objetos hallados en las tumbas del Señor de Sipan y del viejo Señor de Sipán pusieron de manifiesto la habilidad de la sociedad moche para trabajar el oro, la plata y el bronce; obteniendo estos metales de sus yacimientos locales, de las regiones anexadas a sus dominios o del comercio. Así mismo, los hallazgos demostraron que solo la nobleza poseía el[12] privilegio de usar objetos suntuosos y, al morir, eran enterrados con todas sus posesiones .Los orfebres moche fueron hábiles fundidores y soldadores de metales. Entre otras técnicas, destacaron el laminado, el dorado, el vaciado y las aleaciones mediante el proceso llamado tumbaga.
Confeccionaron máscaras, tocados, brazaletes, orejeras, pectorales, cetros, collares, narigueras, puñales, vestimenta, etc.








 
CAPITULO II
PRINCIPALES RESTOS ARQUEOLÓGICOS
1.    Las Huacas del Sol y de la Luna
1.1.Ubicación geográfica
Las Huacas del Sol y de la Luna se encuentran ubicadas en el valle de Moche a 5 km al sur de la ciudad de Trujillo, departamento de La Libertad.

            1.2.      Descripción[13]
Ambas construcciones se encuentran separadas por casi 500 metros de distancia, están hechas a base de millones de adobe.

1.2.1.    La Huaca del Sol
1.2.1.1.    Historia
Actualmente se encuentra muy deteriorada por las inclemencias del clima y sobre todo las humanas. La mayor parte de su destrucción se debe a que durante la colonia, en 1602, el río moche fue desviado hacia la construcción para emplearlo como una manguera gigante para debilitar el monumento y saquear las presuntas riquezas ocultas. Debido a esto se calcula que dos terceras partes de su volumen original fueron destruidas por la torrente.
1.2.1.2.   Características
Hoy en día puede verse una edificación que alcanza los 340 metros de largo por 160 metros de ancho y 40 metros de alto, pero debió haber alcanzado una altura promedio de 50 metros.
Se[14] cree que la huaca fue construida como un templo ceremonial y elitista dedicado para venerar al sol. Se encuentra íntegramente edificada con adobes medianos elaborados en molde y dispuestos en hileras horizontales y verticales.
En la construcción habrían participado decenas de miles de hombres, lo que demuestra la sólida organización política de los mochica, pues se demuestra un excedente de alimentos y mano de obra para construir esta portentosa obra que demoró varios años.
En base a su forma actual se ha construido hipotéticamente, por simetría, su forma original que debió haber tenido una planta en forma de cruz con brazos cortos y centrales, con un eje de orientación de noreste a sureste.
La plataforma que sirvió de base estuvo compuesta de 5 terrazas a las que se acudía por una rampa de 90 metros de largo por 6 metros de ancho, que pudo también servir para ingresar al edificio. Sobre esta base se halla una gran pirámide en la región meridional, formada por 5 plataformas escalonada.
Se cree[15] también que los muros debieron estar decorados con pinturas murales similares a los de la Huaca de la Luna. Esta huaca es considerada como la más grande del continente americano







1.2.2.    La Huaca de la Luna
Tiene una extensión aproximada de 290 m de norte a sur y 210 m de este a oeste. La huaca está compuesta de una serie de edificios elitistas y religiosos, construidos en diferentes tiempos.
El complejo arquitectónico está compuesto de tres plataformas piramidales escalonadas.
La plataforma I es la mayor de todas y se ubica al lado suroeste. La plataforma II es de menores dimensiones y se ubica en la esquina sureste del conjunto.
La plataforma III, es mayor que la segunda, pero menor que la primera, se ubica en la esquina noreste del  complejo.
Estas tres plataformas están conectadas por 4 plazas de diversos tamaños y a distintos niveles. La primera y mayor de las plazas presenta 180 m de largo por 100 m de ancho, y se ubica al norte de la plataforma  I. La segunda de menor tamaño 4 a 3,5 m de elevación con relación a la primera, se comunica con la plaza anterior y la plataforma I. La tercera, ubicada entre las plataformas I y II presenta un afloramiento rocoso que debió tener un carácter ceremonial. La cuarta plaza se ubica al pie de la plataforma III. En esta huaca se han encontrado los famosos murales de la divinidad mochica Ai-Apaec, el cual tiene un alto[16] valor simbólico











 
1.3.        Arquitectura
La Huaca[17] del Sol fue construida con fines administrativos, fue construida en tres días por un cuarto de millón de hombres. Se utilizaron 150 millones de adobes, los cuales tenían forma paralelepípeda y rectangular. En la Huaca de la Luna solo se emplearon 50 millones de adobes, fue construida con fines ceremoniales.
2.        Complejo Arqueológico El Brujo
2.1.    Ubicación
Las huacas de El Brujo, oficialmente conocidas como     "Complejo    Arqueológico El Brujo" se ubican sobre la margen derecha del río Chicama, muy cerca al litoral del Océano Pacífico, en el distrito de Magdalena de Cao, provincia de Ascope, departamento de La Libertad en el norte del Perú.

2.2.        Descripción
El Complejo Arqueológico El Brujo está formado por un conjunto de restos de la época prehispánica y colonial repartidos en una amplia área desértica de forma triangular. Destacan las pirámides de Cao Viejo y Huaca Cortada (de la cultura Moche). Comparten esta misma área, también, el Paredón (de la época moche), Huaca Prieta, (montículo que guarda evidencia de pobladores de la época pre-cerámica), ruinas de una Iglesia católica del siglo XVI (data de alrededor del año 1580), construida por los sacerdotes de la orden de los Dominicos para contrarrestar la adoración a las antiguas huacas (la pirámide de Cao Viejo, por ejemplo). Fue uno de los primeros templos cristianos de la costa norte del Perú. Además, restos de un pequeño pueblo, de la misma época que la iglesia.
2.3.        Arquitectura
2.3.1.    La Pirámide de Cao Viejo
Cao Viejo[18] es el nombre de una de las más importantes pirámides construidas por los mochicas. Fue el principal centro religioso y administrativo de dicha cultura en el valle de Chicama (costa norte del Perú) y posible par de las Huacas de Moche (El Sol y La Luna), junto con quienes formaron dualidad, base de  la organización religiosa, política y económica en el antiguo Perú.
Es una pirámide trunca formada por la superposición de plataformas dándole un aspecto escalonado (120 m. de largo por 100 m. de ancho por 31 m. de alto). Su orientación es rumbo norte. Hacia esa misma orientación hay una plaza, más larga que ancha, rodeada por una muralla. Los trabajos de investigación arqueológica determinaron, que los principales componentes arquitectónicos de esta huaca son:
2.3.1.1.        Pirámide de bordes escalonados:
Sobre ésta se ubican el Patio Ceremonial, el Recinto Ceremonial, la Plataforma Principal y el Altar. 
2.3.1.2.        Plaza Ceremonial:
Con el Recinto Ceremonial en una de sus esquinas.
2.3.1.3.        Anexo junto con la rampa: [19]
Por la que ascendía desde el nivel de la Plaza Ceremonial a lo alto de la pirámide




2.3.2.    La Pirámide Huaca Cortada
Es el segundo edificio más importante del Complejo Arqueológico El Brujo (CAEB). Es una pirámide trunca de perfil escalonado construida con adobes en la época mochica, y contemporánea con la Huaca Cao Viejo. Mide 103 metros de largo por 98 metros de ancho y 22 metros de altura. Se localiza en el sector noroeste, a unos 500 metros de distancia de la pirámide de Cao Viejo ocupando un área aproximada de 10,000 metros cuadrados.
Esta huaca está compuesta por dos estructuras piramidales de adobe, lamentablemente muy erosionadas.
Lleva el nombre de Huaca Cortada pues en el centro de su fachada sur hay un largo, ancho y profundo corte (45 metros de largo por 5 de ancho) que casi la divide en dos. Dicho corte fue hecho en época incierta después de la conquista española del Perú (siglo XVI), casi sin lugar a dudas, con la finalidad de buscar tesoros en su interior.[20]












 
                              CAPITULO III
   CONCLUSIONES
·         El norte del país fue una de las zonas más históricas, ya que en ella se expandió una de las culturas más importantes, como lo fue la Cultura Moche, dejando para la historia maravillosos restos arqueológicos.
·         La cultura moche fue una gran cultura que se desarrolló entre los años 100 a. C  a 700d.C. A pesar de aquellos tiempos ya pasados, los moches nos dejaron maravillosas construcciones para admirar y llenarnos de orgullo.
·         Sus cerámicas fueron consideradas las mejores del Perú antiguo. En esta manifestación cultural resaltan los famosos huacos retratos.
·         La arquitectura fue uno de los rasgos  más importantes de los moche, ya que fue bastante ingeniosa, es decir que todos los restos arqueológicos construidos por los mochicas fuero a base de millones de adobes, y en el interior se apreciaba un maravilloso diseño.
·         La cultura moche dio origen a  la “Huaca del Sol y la Luna” y “La “Huaca el Brujo”; ambas pertenecen al departamento de la libertad.
·         Las Huaca del Sol y de la Luna fueron construidas con fines administrativos y ceremoniales.  Se encuentran separadas por 500 metros de distancia y sus diseños tienen un alto valor simbólico.
·         La Huaca el Brujo fue otra de las grandes construcciones hechas por los mochicas, donde destaca su maravillosa arquitectura.
·         Todo lo antes mencionado conforma uno de los más valiosos legados culturales para la libertad; por ende debemos proteger y preservar las reliquias históricas que los mochicas nos dejaron, pues éstas son parte de la gran historia del Perú.



http//www.peru.info/peru.asp                                                                                                                              
Agreda J. (2004) La Libertad. Lima-Perú (Universidad Ricardo Palma)                                                                     
Batalla C. (2005) Historia del Perú. Lima-Perú (Grupo República)                                                                                      
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http//www.fotosdeculturas.blogspot.com                                                                                                   
http//www.artehistoria.jcyl.es                                                                                                                                            

http//www.promperu.gob.pe/                                                                                                                             
Orbegoso M. (2007) Historia del Perú y universal. Trujillo-Perú (CEPUNT)                                                                   
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Polo O. (1996) Culturas peruanas. Lima-Perú (desconocido)                                                                              
                                                 

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